CONCURSO DE CUENTOS "EN UN LUGAR DE TOMARES"
Las Delegaciones de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Tomares, con el objetivo de potenciar la lectura y la creatividad literaria, y teniendo en cuenta que este año 2016 se ha declarado como el año de CERVANTES, al cumplirse 400 años desde su muerte, han convocado un concurso de cuentos cuya temática debía referirse a algún episodio de "EL QUIJOTE" y que llevara por título " En un lugar de Tomares..."
El sábado 23 de abril en el Auditorio Municipal de Tomares, a la 12:00h se procedió a la entrega de premios a los alumnos ganadores, consistente en un lote de libros. El colegioTomás de Ybarra también recibió un obsequio para la Biblioteca Escolar.
El alumnado ganador leyó su cuento en la Feria de Libro, son:
- Sebastián Gombau Castells 4º A
- Lucía Guerrero Maturana 4º B
- Ana María Rodríguez Domínguez 4ºD
- María Peinado 3º B
- Marcos López Albertos 3º D
LA CIUDAD PERDIDA
En un
lugar de Tomares, hace mucho tiempo, mas en concreto corría el año 1896. Había un
hombre llamado Don Sebastián de la Mancha, era alto no muy guapo, pero si
adoraba los libros, sobre todo los de fantasía. Era un hombre simple, no muy
rico ni muy pobre, simple como he dicho antes. Él se pasaba las noches en vela
leyendo libros de fantasía, hasta que un día decidió abandonar su hogar y
embarcarse en una gran aventura.
Cogió lo necesario y llamó a su fiel compañero Musrale, era un caballo muy
viejo, pero se mantenía en forma.
Al tiempo Don Sebastián de la Mancha, se dió cuenta de su gran error, se había
ido por la noche y no había avisado a su familia. Debido al gran error que había
cometido, decidió volver a su hogar.
Una vez vuelto a su hogar, despertó a su mujer y le dijo estas palabras:"-
Amada mía, aquí te dejo y yo embarcaré en una gran aventura.
Dicho eso, Don Sebastián de la Mancha se embarcó en una gran aventura cuando
llegó la noche.
Por el hambre se imaginó una cobra gigante que en realidad era un gran
matorral. Él reaccionó con un gran grito, pero después cogió una lanza y mató a
la cobra, pero en realidad solo había roto aquel matorral. Entonces fue cuando
a lo lejos avistó una ciudad, miró en el mapa que llevaba encima y la ciudad
que había avistado a lo lejos no estaba en el mapa.
Muerto por la curiosidad fue a mirar y lo que vió fue lo menos esperado que podía
ver, una ciudad perdida, entró a mirar y de repente la puerta se cerró de par
en par y cuando se dió cuenta ya no podía salir. Su caballo Musrael estaba
verdaderamente asustado. Musrale empezó a correr, pero Don Sebastián de la
Mancha consiguió tranquilizarlo.
Debido al gran error que había cometido se sentó al lado de una pared a pensar
como salir de aquel sitio, pero no encontró ninguna forma, asi que debido al
sueño su caballo y él se durmieron en aquella ciudad.
A la mañana siguiente Don Sebastián de la Mancha empezó a caminar subido a
lomos de su fiel caballo Musrael, con esperanza de encontrar una salida. Al
poco tiempo se dieron cuenta de que se estaban acercando a alguien: ¡ Era una
bruja !, lo que él creía que era una bruja en realidad era una mujer muy muy
muyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy vieja que se había quedado encerrada en aquel sitio.
Don Sebastián de la Mancha le dijo: ¡bruja, has embrujado este sitio y ahora lo
vas a arreglar!, pero lo que respondió aquella bruja no era lo que esperaba Don
Sebastián de la Mancha, y ella respondió con una gran carcajada, y después
dijo: - Anda salid, sólo es un hombre chalado. Y de repente salieron un montón
de fenix, aunque en realidad eran pavos reales con plumas rojas.
Don Sebastián de la Mancha no entendía nada, porque aun creía que esa anciana
era una bruja, pero después se dió cuenta que era una anciana, y le dijo: -“ ¿Me
podrías decir cómo salir de este maldito pueblo?, y ella dijo: -“no sé cómo
salir de este sitio, pero a mi me da igual porque este pueblo es un lugar al
que nunca el hombre ha podido llegar, salvo tú y yo”.
Él sorprendido porque ahora había encontrado un pueblo perdido, decidió seguir
andando hacia adelante a ver si encontraba alguna salida.
Al cabo del tiempo, encontró un laberinto y avisó a Musrael y a aquella bruja.
La bruja se quedó impresionada al saber que había un laberinto, porque ella había
estado allí mas de diez años y nunca lo había encontrado, así que creía que era
otra tontería de aquel loco, pero Don Sebastián de la Mancha insistió para que
fuera a verlo y cuando llegó solamente vio un muro, ella dijo: -“me has engañado,
me has hecho venir aquí para nada”, así que la bruja se tiró contra la pared y
la atravesó.
- ¡Es
verdad que hay un laberinto”,- dijo la bruja muy asustada, así que empezaron a
caminar dentro de él.
Al caer la noche, pensaron en volver atrás porque habían estado andando todo el
día y no conseguían salir, se encontraban perdidos, y os preguntaréis como
consiguieron volver atrás. Musrael, el caballo, había dejado huellas marcadas
en el camino, y entonces regresaron al mismo sitio al que habían empezado. A la
medianoche, la bruja y Musrael estaban completamente dormidos, pero Don Sebastián
de la Mancha estaba despierto leyendo unos de sus libros de fantasía, justo
estaba leyendo una historia de laberintos, y de repente, se asustó al ver a lo
lejos que había luz dentro del laberinto.
Intrigado decidió ir a ver, al entrar se fue corriendo hacia la luz, pero lo
raro era que a medida que se acercaba hacia la luz, ésta se iba alejando, y
nunca la podía alcanzar, pero lo que realmente se preguntaba D. Sebastián de la
Mancha era cómo iba tan rápido la luz. Decepcionado decidió volver atrá, pero
se dió cuenta que no había dejado huella alguna y que estaba solo y perdido en
medio del laberinto.
Para evitar que le volviera a pasar, dejó una marca en el camino, y así una
tras otra. Pero de repente, la luz estaba muy muy cerca, lo raro era que había
encontrado la misma marca que él había hecho. Había regresado al mismo lugar de
partida, otra vez estaba perdido. Buscó en su mochila, y encontró una brújula.
Se acordó que la entrada al laberinto estaba orientada al norte, así que miró
su brújula, pero vió que ésta no indicaba el norte. Pensó que algo raro pasaba
en este laberinto, se preguntó: - ¿Será cosa de la luz? Recordó lo que había
dicho la bruja, que ella nunca había visto este laberinto, a lo mejor esto es
solo una alucinación, y puedo atravesar la pared. Se lanzó contra ella y
efectivamente, solo era una alucinación proyectada por aquella luz, entonces
tenía que averiguar de donde procedía esa luz.
Regresó donde estaban sus amigos al darse cuenta que el laberinto era solo una
alucinación. Les despertó y les dijo: -“ corred, levantados, tenemos que volver
a casa”.
La bruja y el caballo se despertaron y le siguieron, hasta que vieron que la
luz había desaparecido. Había salido el sol. A lo lejos, avistaron la puerta
por donde habían entrado, pero ahora que Don Sebastián sabía que todo eso era
solo una alucinación, se lanzaron todos contra la puerta y consiguieron salir.
Contentos regresaron a sus casas, de la bruja no supieron nada más, pero en
cuanto a Don Sebastián de la Mancha, se hizo famoso al descubrir aquel pueblo
fantasma.
FIN
SEBASTIÁN
GOMBAU CASTELLS 4ºA
DON BIGOTE DE TOMARES
LAS AVENTURAS DE DON QUIJOTE
En un lugar de Tomares, de cuyo nombre no quiero acordarme,
vivía un Hidalgo, quien quería ser caballero andante, así que se llamó Don
Quijote. Tenía un caballo llamado Rocín flaco y él decidió llamarle Rocinante.
Fue en busca de aventuras con su caballo, aunque de tanto leer libros de
caballeros andantes y no dormir perdió el juicio.
Pasó por la biblioteca de Tomares y él creyó que era un
palacio, así que entró y justo cuando entraba pasó una mujer y él creyó que era
la reina. Mientras hacía una reverencia, dijo:
- Muy buenas, soy Don Quijote. Me enorgullece pensar que he visto la
reina más bonita del lugar. No tema reina, aquí está un caballero andante que
la protegerá de cualquier peligro.
- ¿Yo reina? Me parece que se ha confundido - dijo la mujer, y a
continuación añadió:
- Yo soy una mujer normal y corriente, se equivoca de mujer.
- No se haga la tonta, es la reina mas hermosa de la galaxia - mientras
decía eso, se acercó un hombre con una cuerda y a
D. Quijote le pareció una
serpiente y exclamó:
- ¡ Váyase reina, este hombre intentará lanzarle una serpiente! -
Rápidamente, D. Quijote lanzó su espada y le dió a una estantería,
haciendo que se derrumbase y se cayese mas estanterías.
La mujer le echó de allí y D. Quijote se fue. Había dejado a Rocinante
fuera así que se montó en él y se fue.
Vió a un gato y se imaginó que era un extraterrestre, lo siguió y el
gato se fue hacía la calle del Aljarafe y allí había un dragón.
D. Quijote pensó
que era una farola viva y no le dió importancia. La gente que había por allí le
pedía que lo derrotase, pero
D. Quijote decía que estaban exagerando.
La gente le suplicaba que lo derrotase y al final D. Quijote
accedió.
Estuvo luchando un buen rato con el dragón y al final lo derrotó. La
gente le aplaudió y a D. Quijote le dieron el superpoder de la fuerza y de la rapidez.
Además a Rocinante, le dieron los mismos superpoderes que a D. Quijote y una alas.
En ese momento, vino el alcalde y dijo:
- ¡ Ciudadanos y ciudadanas ! Tenemos que darle las
gracias a D. Quijote por habernos salvado del dragón. Como ya habrás notado D. Quijote,
tienes superpoderes. A medida que vayas siendo mejor caballero andante te saldrán
mas superpoderes.
Entonces dijo un hombre:
- Alcalde, al parecer hay un mundo llamado " El mundo de los gatos
mágicos" que necesita ayuda.
De pronto el alcalde dijo:
- Pues que se ocupe D. Quijote.
- ¡ Alto ! - gritó una mujer y a continuación dijo: - D. Quijote ha
perdido el juicio.
- Pues yo creo que él ha recuperado el juicio - dijo el alcalde.
- Cierto - dijo D. Quijote.
- Al habernos salvado todos ha recuperado el juicio - dijo el alcalde.
Entonce, D. Quijote se metió en un portal con Rocinante y
viajó al mundo de los gatos mágicos a solucionar el problema, aunque perdió el
juicio otra vez porque se chocó contra un árbol.
Desde entonces él luchaba con monstruos de todas clases y
cada vez tenía más superpoderes.
Y esta es una de sus muchas aventuras que vivió, eso sí, se
imaginaba cosas.
FIN
Ana María
Rodríguez Domínguez 4ºD
EN UN LUGAR DE TOMARES
Un día en Tomares... había un hombre llamado Don Pepe. Don
Pepe tenía un amigo llamado Álvaro.
Don Pepe tenía un amigo muy positivo, pero D. Pepe era
negativo.
Un día Álvaro, el amigo de D. Pepe, le estaba
convenciendo de que se fueran de aventuras, así que
D. Pepe se lo
pensó y dijo que sí.
Los dos tenían muchas aventuras así que se
pelearon.
Los dos ya se pusieron de acuerdo con una aventura: ir a la playa. Ellos no sabían que en
esa playa habían tiburones.
Cuando llegaron a la playa se encontraron a un
hombre que era el que les daría el barco con tobogán. El hombre les acompañó al
paseo con el barco. Cuando llegaron al fondo, los dos a la misma vez se tiraron
por el tobogán, y justo ahí había un tiburón.
El tiburón estuvo a punto de comerlos, pero se
dieron cuenta de que había un tiburón.
Siguieron con su paseo, ésta vez se fueron al
fondo del todo y se encontraron una nueva playa donde había cocodrilos. Ellos
tampoco sabían que había cocodrilos, así que se volvieron a tirarse y no le
comió de milagro.
Ya volvieron de la aventura. Por lo que habían
pasado Don Pepe se dió cuenta de que
que ser un poco positivo.
Los dos juntos se lo pasaron genial y se
divirtieron mucho.
Fue una aventura superchula, hasta la querían
volver hacer, pero ya era muy tarde, así que se acostaron un poquito. Cuando se
levantaron ya tenían los dos una aventura.
Pero lo siento el cuento ya se va a
terminar, hasta el siguiente cuento.
FIN
María Peinado 3º
B